La reencarnación, metempsicosis entre los griegos, es decir «transmisión de almas», es un término que apareció a fines del siglo XIX con la aparición del esoterismo moderno: Allan Kardec se referirá a él en «el libro de los espíritus» en 1857.
Encontramos esta creencia en muchas religiones, especialmente orientales, como el budismo o el hinduismo.En los dogmas orientales, los seres que han realizado buenas obras tendrán un buen renacimiento, aquellos que hayan cometido malas acciones tendrán una reencarnación dolorosa. Sería un movimiento perpetuo: nacimiento – muerte – nacimiento en el otro mundo – muerte en el otro mundo y renacimiento. Por otro lado, no está presente en la religión cristiana, pero a menudo se confunde con la resurrección.
Hoy, la reencarnación está más relacionada con la nueva era, refiriéndose a las nociones de evolución y progreso espiritual. Para los científicos, las pruebas de reencarnación son:
– recuerdos de una identidad anterior (a menudo en sujetos de 2 a 7 años, como el caso de James Leininger);
– regresión bajo hipnosis (donde se han observado casos de aparición de sub-personalidad).
Ian Stevenson, psiquiatra de la Universidad de Virginia desde 1967 hasta 2007 y fundador de la investigación científica sobre la reencarnación, registró 3000 historias infantiles en varios libros sobre el tema. Por ejemplo, señaló que las marcas de nacimiento en un recién nacido eran extrañamente similares a las lesiones que llevaron a la muerte de un niño que fue asesinado 6 meses antes de que naciera el bebé.
El fenómeno del «déjà vu», que todos experimentamos una vez en nuestras vidas, se debe a un funcionamiento irregular del cerebro en la memoria inmediata, a menudo en personas con epilepsia.Pero para aquellos que creen en la reencarnación, es el destello de un evento anterior que ya ocurrió en el pasado
Hay dos preguntas pendientes: ¿por qué recordamos ciertas vidas y no otras? ¿Y por qué algunas personas recuerdan y no otras?
